A tres meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente George W. Bush enfrenta un panorama económico mejor al esperado, con un crecimiento fuerte pero en declive y un déficit presupuestario inferior al previsto, aunque todavía en un nivel récord.
Su gobierno se jactó en los últimas semanas de la mayor tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en dos décadas, con 4,5% registrado en el primer trimestre.
Bush acusó a los demócratas de pretender aumentar los impuestos. "Va a haber grandes diferencias: ellos van a aumentar sus impuestos y nosotros no", afirmó.