En el mes de julio del año pasado, precisamente del 16 al 29, la niña Roxana Aguirre, de Chitré, representó a Panamá en las Olimpiadas Especiales celebradas en Dublín, Irlanda, siendo la más pequeña de la delegación nacional y regresó cargada de medallas de esta justa mundial para atletas especiales.
Esta niña ha demostrado un espíritu de supervivencia y de triunfos, no solamente en lo deportivo, sino también en la vida cotidiana; ya que su familia vive en extrema pobreza en una de las 14 barriadas pobres del distrito de Chitré. Vive con su madre y otros hermanitos. Su itinerario lo divide en tres compromisos: sus estudios, ganar dinero para la casa y practicar el atletismo.
Roxana sale a la calle con una cajeta repleta de golosinas, toallitas y otras cositas típicas que venden los buhoneros. Se le observa en las esquinas de mayor movimiento de la ciudad; pero casi siempre está en la terminal de transporte.
En la temporada de béisbol es la primera en llegar al estadio con sus productos, y no se retira hasta no haber vendido el último. Mientras niños y niñas en el estadio disfrutan el partido de pelota con sus padres, a esta niña lo único que parece preocuparle, es poder vender hasta el último maní msalado de su tienda ambulante. Nos confesó que, cuando logra vender todo, se gana hasta B/ 20.00 por noche.
Lo que más anhela Roxana en estos momentos es que a su mamá y hermanitos se le pueda ayudar con una casita PARVIS. Y en eso la comunidad está de acuerdo porque; "Roxana Aguirre es una campeona olímpica, y merece vivir dignamente"; aunque ella por su corta edad, trata de que a su madre y hermanitos no les falte, por lo menos algo que comer en el día. Esta niña demostró en las Olimpiadas Especiales de Irlanda, el año pasado; y actualmente también nos está demostrando, que su espíritu luchador no se amilana ante las adversidades que le está poniendo la vida. Ella va a llegar bien lejos; pero... hay que ayudarla.