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Miles de empleados estatales de Argentina concretaron ayer una huelga nacional y protestaron en las calles contra un plan de austeridad que incluye rebajas en los salarios del sector público y de los jubilados.
La protesta más importante tuvo lugar en esta capital, en donde miles de trabajadores repudiaron el severo ajuste del gasto público frente al Congreso. Desde allí marcharon hacia céntrica Plaza de Mayo y realizaron un multitudinario acto de espaldas a la gubernamental Casa Rosada.
La medida de fuerza se convirtió en la antesala de un paro nacional convocado para el jueves por las tres centrales sindicales más importantes del país. Será la sexta huelga que afronte el gobierno en 19 meses en el poder.
"Es mentira que no haya otra alternativa al ajuste", expresó Víctor De Gennaro, titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que agrupa a la mayoría de los gremios estatales. "Se puede construir otra Argentina", manifestó. De Gennaro reivindicó las huelgas como medidas de "lucha y de protesta" por parte de la población.
Fuentes gremiales estimaron que la medida de fuerza tuvo un acatamiento del 90% en esta ciudad.Las actividades más afectadas fueron las desarrolladas en los bancos estatales, la obra social de los jubilados (PAMI), en los minterios públicos, la aduana y los hospitales, que sólo mantuvieron guardias mínimas.
La policía dijo que frente al Congreso nacional se agruparon unas 1.900 personas, y en la Plaza de Mayo 3.400.
No hubo incidentes ni enfrentamientos entre manifestantes y policías. El gobierno, sin embargo, insistió con la implementación de su severo plan de ajuste que prevé recortar a partir de julio un 13% de los salarios de empleados estatales y jubilados que perciban desde 300 dólares mensuales. |
