CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

política

opinión

el pueblo habla

relatos y reportajes

la voz del interior

deportes

el mundo

viva

en la cocina

consultorio médico

sociales

sucesos

 



  VIVA

CUENTO: INOLVIDABLE
La Cenicienta
Hoy, Día del Niño, Viva, Crítica en Línea rompe los esquemas y les regala una edición dedicada a los más pequeños de la casa. Para compartir con ellos el encanto de la fantasía, publicamos el clásico cuento de "La Cenicienta". Además, le sugerimos algunos lugares donde pueden pasar junto a sus niños de forma divertida y amena.

Internacionales | Agencias de noticias

Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas muy feas. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.

Un día el Rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jóvenes casaderas del reino.

Tú Cenicienta, no irás -dijo la madrastra-. Te quedarás en casa fregando el suelo y preparando la cena para cuando volvamos.

Llegó el día del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos.

¿Por qué seré tan desgraciada? -exclamó-. De pronto se le apareció su Hada Madrina.

No te preocupes -exclamó el Hada-. Tú también podrás ir al baile, pero con una condición, que cuando el reloj de Palacio dé las doce campanadas tendrás que regresar sin falta. Y tocándola con su varita mágica la transformó en una maravillosa joven.

La llegada de Cenicienta al Palacio causó honda admiración. Al entrar en la sala de baile, el Rey quedó tan prendado de su belleza que bailó con ella toda la noche. Sus hermanastras no la reconocieron y se preguntaban quién sería aquella joven.

En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio las doce.

¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! -exclamó-.

Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata perdiendo en su huída un zapato, que el Rey recogió asombrado.

Para encontrar a la bella joven, el Rey ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato. Envió a sus heraldos a recorrer todo el Reino. Las doncellas se lo probaban en vano, pues no había ni una a quien le fuera bien el zapatito.

Al fin llegaron a casa de Cenicienta, y claro está que sus hermanastras no pudieron calzar el zapato, pero cuando se lo puso Cenicienta vieron con estupor que le estaba perfecto.

Y así sucedió que el Príncipe se casó con la joven y vivieron muy felices.



OTROS TITULARES

Es tu turno de dar

Origen y evolución del Día del Niño

Sencillamente adorables

Comienza rodaje de "Alborada"

La Cenicienta

Christina Aguilera herida en el brazo

Cameron Díaz no se arrepiente

A punto de colapsar el Teatro Nacional

Velocidad y adrenalina

 


 

  

 

linea
linea gris
 

   Copyright © 1995-2005, Crítica en Línea-EPASA 
Todos los Derechos Reservados