Su madre lo condenó al calvario que vivirá el resto de su vida. En su cuerpo llevará marcado el desamor de su progenitora. Sin embargo, no hubo dolor que le quitará sus ganas de vivir.
Han pasado más de dos meses, pero todavía impacta la historia de Carlitos, el bebé que el 9 de mayo fue lanzado en un letrina, en la barriada Villa Luchín, en Tocumen, y a la cual le prendieron luego fuego.
ATENCION MEDICA
"Crítica", acudió al Hospital del Niño, en busca de este angelito. Antes de ver al pequeño hicimos un recorrido por la Sala de Quemados del Hospital y vimos a niños con quemaduras severas
De repente dijo una voz, "aquí está el pequeño", con un susto en el pecho y pensando que veríamos a un bebé con el rostro desfigurado, volteamos la mirada y vimos a un bebé de piel clara, con parte de su cuerpo quemado, pero con una mirada transparente.
AFECTACIONES
La doctora Marvis Corro, Jefa de esa sección del Hospital del Niño, explicó que por las quemaduras, el bebé perdió la nariz y los cinco dedos de la mano derecha le fueron amputados.
Sus principales necesidades son un vestido para presionar las cicatrices. Además tendrán que colocarle una manito acrílica. También habrá que reconstruirle la nariz, porque solamente le quedaron los orificios.
Sin embargo, a pesar de haber tenido daños por inhalación, asfixia perinatal, bacterias en sangre adquiridas al caer en la letrina, el niño ve, oye y tiene un ultrasonido cerebral normal, sustentó la doctora.
Se le hicieron operaciones en la vista, porque dormido mantenía los ojos abiertos y había que ponerle lágrimas artificiales", manifestó la especialista.
TESTIMONIOS
En la Barriada Villa Luchín, encontramos a Maximiliano Valdés Martínez, alias "Chimino", quien fue una de la primeras personas que vio al bebé en la letrina.
Con exactitud recordó que ese día se encontraba en el portal de su casa y vio a su vecina que le pedía ayuda.
Fue al lugar y al ver al pequeño en medio de una llanta de carro, rompió parte del excusado.
"Chimino", con voz entrecortada dijo: "escuché claramente al pequeño quejarse tres veces y sentí que no aguantaba tanta impresión y no pude verlo más".
Al lugar llegaron los bomberos del Cuartel de Tocumen, que terminaron de sacar al bebé del hueco de la letrina. La abuela, quien aún no sabía que ese pequeño llevaba su sangre y una niña, que resultó ser su hermanita, buscaron un platón y le quitaron el excremento que le cubría la cara.
El brazo y los deditos de la mano derecha estaban negros, al igual que sus cejas, sostuvo "Chimino". En la casa donde ocurrieron los hechos residía la madre del bebé Adriana Grenald, de 24 años, quien tiene otros tres hijos, que ahora son cuidados por su abuela paterna, su abuelo y dos de sus tíos.
Vecinos del lugar aseguran que Adriana, era una buena madre y que aún no comprenden qué fue lo que le sucedió.
En la casa donde sucedieron los hechos, la vida continúa su curso como debe ser. Las primeras investigaciones luego del hecho, señalan que la joven fue vista, rociando gasolina a la letrina en donde fue encontrado el bebé. También se conoció que se fajaba para esconder la barriga producto del embarazo.
Ana María, la ex suegra de Adriana Grenald, manifestó que siempre pensó que la barriga de Adriana era producto de aumento de peso.
La ex suegra contó a "Crítica" que ese domingo Adriana estuvo buen rato en el baño y preocupada mandé a su hija de 9 años a que le tocara la puerta y ella contestó que estaba bien", sostuvo Ana María.
Al día siguiente cuando encontraron al bebé, ella estaba trabajando, pero cuando venía para la casa, sus hijas la vieron y le dijeron sobre el hallazgo y ella no dijo nada, manifestó Ana María.
Posteriormente las autoridades fueron a buscarla al barrio de San Miguel y la mujer se entregó a la PTJ.
En la actualidad Adriana Grenald, espera el juicio en este caso, mientras su hijo continúa luchando por integrase a este mundo. La fortaleza y ganas de vivir de este pequeño son dignas de admiración y solamente Dios sabe el futuro que le espera, que sabemos enfrentará como todo un hombre. !Dios lo bendiga y lo guarde en su camino!