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El estrés no es realmente una enfermedad pero sí es uno de los factores directos responsables de muchas enfermedades, tanto físicas como síquicas.  |
En los últimos años nos hemos hartado, casi hasta la saciedad, de oír hablar del estrés, de leer sobre él, de conocer sus causas y, seguramente también, de sufrirlo.
El estrés no es realmente una enfermedad pero sí es uno de los factores directos responsables de muchas enfermedades, tanto físicas como síquicas. Se podría definir al estrés como una tensión física, mental y emocional en el individuo derivada de situaciones realmente peligrosas o a veces imaginarias y motivos de profundo dolor.
Las reacciones a determinadas situaciones de estrés varían considerablemente. La respuesta más frecuente al estrés es la ansiedad. La ansiedad es un estado emocional desagradable como reacción a una situación con causas poco definidas y que suele conllevar cambios fisiológicos y de comportamiento parecidos a los que causa el miedo. Sabías que todos los hábitos que destruyen la belleza están de algún modo relacionados con el estrés.
Hay cinco hábitos que las mujeres solemos tener y que son una amenaza para la buena apariencia. A continuación te presentamos cuales son estos hábitos.
Juguetear con el cabello. Tirar del cabello, retorcerlo o jalarlo es un hábito que da mala impresión, además de deshacer el peinado. Para vencerlo, trata de peinarte hacia atrás con el pelo recogido, y busca alguna cosa inofensiva qué hacer con las manos, cuando te sientas estresada. Morderse las uñas. Éste es el hábito más común y puede causar daño permanente en las uñas. Algunos de los recursos para combatirlo son: hacerse manicure profesional cada semana, usar una sustancia de sabor desagradable en las uñas y pintarlas con colores muy oscuros, que te hacen recordar que no debes morderlas. Desde luego, debes tratar de resolver los problemas que te causan el estrés que desemboca en este mal hábito. Morderse los labios. Este hábito nervioso puede provocar labios partidos y arrugas prematuras alrededor de ellos. La mejor manera de evitarlo, es aplicar varias veces al día protector para los labios, ya que la resequedad de éstos es en parte culpable del mal hábito. Rascarse. En casos extremos la gente suele rascarse hasta que la piel sangra. En general, sin embargo, es la resequedad de la piel la que provoca comezón. La solución es aplicar un buen humectante a las zonas que sueles rascarte. Comer en exceso. Correr al refrigerador, o comer en forma exagerada en todas las comidas suele ser un mecanismo clásico para vencer la ansiedad. Para vencer el hábito de comer en forma compulsiva, lo primero que debes hacer es averiguar por qué quieres comer tanto. Trata de sustituir la comida con algún otro tipo de satisfacción que te haga feliz sin engordar.
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