Lulian Grosu corre sosteniendo un cartel que dice: "Niño rumano perdido en España", después de haberse inmolado fuera del edificio de Gobierno de Bucarest, en Rumania. Grosu al parecer estaba desesperado por conseguir la custodia de su hijo de 7 años, quien está viviendo en España.
No es la primera vez que Grosu protesta. El hombre había enviado decenas de peticiones a varios ministerios y autoridades de protección de la infancia para ayudarle a tener acceso a su hijo. Lulian sobrevivirá, pese a las quemaduras sufridas en la mitad del cuerpo.