Las condiciones de vida en el Hogar Ngöbe Buglé, conocido como Villa del Indio, son precarias, pues el hacinamiento está a punto de terminar con lo poco que queda, aunado a la discordia que existe entre la administración y las familias que se niegan a salir.
Las rivalidades que se iniciaron desde el año pasado cuando una orden de las autoridades competentes autorizó el desalojo, tuvieron un desenlace fatal cuando un indígena que llegó hacía tres días al lugar, terminó ahorcado en un baño de la localidad.
Dámaso Aguirre, administrador del Hogar, señaló que existe gran cantidad de familias que se niegan a salir de la Villa porque consideran que para ellos no hay leyes, a pesar de las autorizaciones que han dado los caciques electos en la comarca. La estadía permanente ha provocado un completo deterioro de la Villa.