Frente a los graves casos originados con productos procedentes de China Continental se hace necesario que las autoridades panameñas refuercen sus controles de verificación de esas importaciones.
Un caso doloroso para Panamá puso al descubierto esas deficiencias. Se trató del dietilenglycol que nos vendieron como si fuera glicerina para preparar jarabes para la tos y que a la postre cobró la vida de panameños en una cifra que bien pudiera llegar a las 400 víctimas.
Luego fueron las pastas de dientes hechas en China con ese mismo tóxico refrigerante y hasta productos para mascotas contaminados con melamina, lo que había producido la muerte de 3, 600 perros y gatos.
Juguetes chinos con presencia de plomo en sus pinturas han sido retirados de almacenes en Estados Unidos y Europa. La pregunta que nos surge es qué se está haciendo en Panamá para controlar esas situaciones, tomando en cuenta que somos una nación que recibe una inmensa cantidad de productos de esa nación asiática para consumo local y para su reexportación.
Los diarios reportan que un informe de la Administración General de Supervisión de Calidad de China que analizó 114 tipos de bienes producidos por más de 6, 000 empresas revela que el 19.1% de los productos que se venden en el mercado interior chino no cumplen las medidas de seguridad que fija la ley
Ya dos altos funcionarios del equivalente al Ministerio de Salud de China han sido condenados a muerte por recibir coimas para aprobar productos que no cumplían los requerimientos de salubridad y ya han sido cerradas 180 fábricas en las que se utilizaban productos químicos industriales y aditivos ilegales en la elaboración de alimentos.
Los chinos están tomando sus medidas, pero en Panamá también debemos establecer verificaciones más estrictas sobre los productos que ingresen al país desde esa nación y otras donde no existan adecuados sistema de controles, para prevenir otra tragedia como la ocurrida con los pacientes de la Caja de Seguro Social.