Dos años después del asalto militar a la Mezquita Roja de Islamabad, que marcó un punto de inflexión en el desafío del integrismo islámico al Estado paquistaní, el Ejército del país tiene abiertos numerosos frentes contra los talibanes y el Gobierno parece decidido a llevar la guerra hasta el final.
T"El episodio de la Mezquita Roja abrió un nuevo capítulo en el país. Muchos grupos yihadistas que hasta entonces centraban sus esfuerzos en combatir a las fuerzas extranjeras en Afganistán pasaron a tener una agenda activa en Pakistán", señaló a EFE una fuente de seguridad occidental.