Los chiricanos Ludovino González Valdés, de 42 años, y Rolando Alberto Antón Rivera, de 40, fueron los sujetos, cuyos cadáveres ejecutados encontraron antier los residentes del sector de Bajo del Jobo, de San Carlos.
El forense Vicente Pachar confirmó que ambos presentaban disparos en la nuca y, aparentemente, fueron asesinados el viernes.
Ludovino y Rolando salieron el jueves desde Chiriquí hacia la capital, a bordo de un auto Yaris blanco alquilado, con placa 306812, para comprar piezas para un vehículo. El transporte apareció luego en Plaza Carolina.
Rolando se dedicaba a manejar un bus de la ruta David-Frontera; mientras que Ludovino trabajaba en su finca, de donde sacaba plátanos para el transporte hacia la ciudad capital.
Aunque Rolando era del pueblo fronterizo de Celmira, en el distrito de Bugaba, residía junto a su esposa e hijo en la comunidad de San Carlos de David. Por su parte, Ludovino era esposo de la ex representante de corregimiento, Idalia Vega, con quien vivía en El Palmar de Puerto Armuelles.
Los familiares, visiblemente afectados por lo sucedido, lograron reconocer los cuerpos que se encontraban en avanzado estado de descomposición, por una prótesis dental, un diente de oro y un collar que tenía un dije con la imagen de Cristo.
Medicatura Forense maneja la tesis de una ejecución, basándose en la forma como fueron encontrados los cuerpos: enterrados a poca profundidad, en ropa interior, esposados con las manos en la parte posterior del cuerpo y con disparos en la cabeza.
En el lugar de los hechos, se recuperaron los casquillos; mientras que de los cuerpos se extrajeron los proyectiles, los cuales ya fueron remitidos a Balística de la PTJ, para identificar qué tipo de arma fue utilizada.
Se presume que los disparos fueron hechos a más de un metro de distancia, agregó Pachar.