La reconstrucción de una de las peores tragedias que recuerda el país se realizará hoy, cuando las autoridades cierren desde las 8:00 de la mañana la avenida Martín Sosa, para hacer un recuento de todo lo sucedido el 23 de octubre del 2006, cuando se incendió el autobús 8B-06, calcinando a 18 personas.
Unos 17 testigos han sido citados a la diligencia, así como Próspero Ortega, chofer del autobús de la ruta "Mano de Piedra-Corredor Norte".
Luis Contreras, uno de los sobrevivientes, cuyo cuerpo ha quedado marcado con el infierno que se desató en el autobús frente al templo Hosanna.
Contreras recordó que el incendio empezó en la parte delantera del bus e inmediatamente las llamas obligaron a los pasajeros a correr hacia atrás, lo que provocó el pánico y terror.
"Yo me encontraba en el antepenúltimo puesto del lado izquierdo del bus y al observar las llamas y el humo, los pasajeros comenzaron a correr hacia atrás gritando algunos y llorando otros, por lo que intenté reventar las ventanas de vidrio sin tener éxito".
"Hice varios intentos pateando las ventanas y no pude, hasta que se escuchó una explosión dentro del bus y las ventanas se reventaron y algunas se soltaron y fue cuando pude salir casi asfixiado por el espeso humo".
"Fue en ese momento que logré salir, pero ya mi cuerpo estaba quemado... y me guindaba la piel de los brazos y de la cabeza", recalcó Contreras, quien exigió justicia para las víctimas y los afectados en aquella tragedia.