El poeta José Santos Chocano se perfiló desde su Perú natal, como un gran talento continental. Sus versos desde 1906 le constituyen en una voz potente abrazando cosmopolitas las distintos pueblos de América. Sus obras le destacan y por ello los gobernantes le designaron funcionario consular y diplomático en varios países extranjeros.
Chocano llevó una vida muy turbulenta, sufrió cárcel, destierro y estuvo involucrado en crímenes políticos; a pesar de su gran creación artística prácticamente su personalidad se fue desdoblando.
El literato Luis Alberto Sánchez define a Chocano como una víctima de su embriaguez narcisista. Y en verdad el mismo poeta era consciente de su vanidad enfermiza porque se define a sí mismo como narcisista en varios de sus versos de "La selva virgen".
Cuando usted contempla su retrato, no puede evitar el impacto de que está ante la presencia de un hombre totalmente egocéntrico, se le ve extremadamente de alma déspota, máxime con sus raros bigotes de mostachos finísimos que se erizan airefelinos.
Este gran poeta hispanoamericano se fue desprestigiando mundialmente. Relata el escritor panameño Gil Blas Tejeira (Revista Lotería 1949) que Chocano padecía de la mala costumbres de consumir en los hoteles y en los restaurantes y no pagar y por ello él posteriormente estando en algún país a punto de ser ajusticiado en el patíbulo se hizo una campaña mundial por salvarle la vida.
El poeta José Santos Chocano superó tal trance, pero muere apuñalado en un tren de Chile. Su vida por su doble moral había recibido la animadversión de toda la juventud de América a pesar de que sus letras son de un gran americanista.
Anidaban en su ser, fuerzas contrapuestas del bien y del mal.
Censuremos su vida, empero demos gloria a sus letras.