Un correo electrónico, me llega en la mañana: "Estimado Sr Moreno: Desde muchos años he sido un seguidor de sus comentarios al fútbol local y mundial, y usted ha sido mi referencia en cuanto a este deporte, desde sus programas radiales. Lo considero un conocedor 100% de la materia. Por lo antes expuesto, quisiera saber qué comentario tiene en relación a la sub 20, posterior a la derrota 0-6 con Argentina", Sigue, y luego la firma, Rogelio Díaz S.
La verdad es que no tengo palabras para las excusas. Hasta los 20 minutos, soñé despierto, feliz con tres o cuatro aproximaciones de nuestros delanteros, que, hasta ese momento, jugaban de igual a igual.
Desde los 20 minutos al final, fue una impresionante pesadilla. Panamá paró un 5-4-1, y según escuché a uno de los muchachos hablando con Carlos William Otero: "nunca habíamos jugado con el offside"(¿?).
Quisiera haberme equivocado de encuentro o de Canal, porque si es cierto lo dicho por el jugador, no estamos ni viviendo ni mirando el mismo partido ni el mismo Mundial.
Viendo a los argentinos, que comenzaron a constatar que por la izquierda nuestra, pasaba un trasatlántico, enviamos un telegrama telépatico a Julio Dely Valdés: "se imponen urgencias inmediatas, muy por encima del fuera de juego". Obviamente, el cable no llegó.
Por donde tenía que marcar Marvin Mitchell, y principalmente Carlos Rodríguez, dueños del lateral izquierdo en el extraño sistema de ayer, entraron los argentinos por lo menos diez veces "como Pedro por su casa", seis para convertirse en goles y los cuatro restantes para que "Manotas" se jugara el físico, y que la cuenta ni siguiera aumentando.
Fueron, como una marca para el libro de los récords de Guinness, cuatro goles en seis minutos. Formidable, aunque fuera contra nosotros.
A los 20' Sergio Agüero le dio el primero a Maximiliano Moralez; a los 23' Matías Sánchez se llevó marcas y habilitó a Mauro Zárate en el segundo; a los 25' Pablo Piatti le dio el tercero, a Agüero; a los 26' Ever Banega, se la entrega a Agüero, se la pasa a Moralez, y es el cuarto.
A los 62' Angel Di María se la entrega a Agüero, y es el quinto; y a los 76' Di María cierra el amplio marcador. Un error de nuestra defensa, un gol argentino. Multiplicado por seis.
En el quirófano del Estadio "Frank Clair" en Ottawa, Canadá, nos intervino Argentina quirúrgicamente, en una operación a corazón abierto. Y para peor, sin anestesia.
