El mundo da tantas vueltas, que en ocasiones no sabemos en qué situaciones nos veremos envueltos. En una empresa, por ejemplo, por el tiempo que se cumple de trabajo llega un momento en que entablemos amistad con una o varias personas, pero todo cambia cuando esa persona logra escalar a un puesto superior al del resto.
Es entonces cuando comienzas los roces, porque en la mayoría de los casos no se acepta que la persona resultó ser mejor trabajador y que por eso recibió un ascenso. Quien trabaja sabe que no siempre es fácil asumir que se ha ascendido a un compañero y que ahora lo "mandará" en las tareas que le tocan llevar a cabo a diario.
Por lo general, uno de los principales problemas es que el nuevo jefe, debería sentir un pequeño recelo al mandar a sus antiguos "amigos.
A veces, el compañero ascendido resulta ser realmente un amigo. Y lo que ocurre es que puede modificarse la comunicación entre ambos, que ya no pertenece a igual escalafón de la compañía. El ascenso también trae acceso a un nuevo mundo de información de dirección. Puede ser difícil guardar secretos a los antiguos confidentes o limitar las sesiones de chismes en la sala de descanso del pasado..
Para manejar la situación es necesario tratar de eliminar cualquier resentimiento, ya que el nuevo jefe no adquirió el puesto con el propósito de herir a alguien, sino como una posibilidad de avanzar profesionalmente.