Querido (a) Hermano (a): Hoy Dios te habla a ti, a través del Papa Juan Pablo II y la Fundación PRO-FE y este medio te hacen llegar el mensaje para la gloria de Dios y vuestro provecho espiritual.
"Quién es mi prójimo? (Lc10,29). La parábola del buen samaritano sirve a Jesús para responder a la pregunta que le formula un doctor de la Ley, después de citar el texto bíblico: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo. "El buen samaritano es Cristo. El ha tomado la iniciativa de venir a nosotros y hacernos su prójimo, para socorrernos, curarnos y salvarnos.
Sin embargo, si sigue habiendo alguna distancia entre Dios y nosotros, es a causa nuestra, debido a los obstáculos que ponemos a ese acercamiento.
El pecado que anida en nuestro corazón, las injusticias que perpetramos, el odio y las disensiones que alimentamos; todo esto es lo que nos lleva a no amar a Dios con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas.
Tenemos que llegar a recibir el Sacramento de la Penitencia, y así permitir al Señor que nos haga su prójimo y nos salve con su amor. El segundo mandamiento es semejante al primero (cfr. Mt. 22, 39) constituyendo con él uno solo. Debemos amar a los otros con el mismo amor que Dios vuelca en nuestros corazones y con el que El ama a los hombres. En este ámbito, ¡cuántos obstáculos ponemos también para hacer de los otros nuestro prójimo!
No amamos suficientemente a Dios y a nuestros hermanos.
¿Por qué siguen existiendo tantas dificultades para superar el estadio, importante pero insuficiente, del estudio aséptico, de las declaraciones, de la afirmación de principios, para hacernos emigrantes con los emigrantes, refugiados con los refugiados, pobres con los que carecen de todo?
Reflexión del Papa Juan Pablo II, tomada del libro "Conmigo Día Tras Día". Dios te bendice por solidarizarte con la obra PRO-FE en bien de tus hermanos más necesitados. |