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El diablico sucio tendía a asustar y demostrar lo horrible del ser diabólico, por lo que requería de saltos y movimientos bruscos. |
Entre los diablicos sucios y diablicos limpios existe una marcada diferencia, tanto en su indumentaria como en su baile, y más en el significado de cada uno. Aunque a los diablicos limpios atrae el colorido de sus pañuelos, máscaras y cascabeles; el diablico sucio para muchos es la “danza más hermosa con que cuenta el folclor panameño.
EL DIABLICO SUCIO
Cuando nos referimos a la clasificación de las representaciones de diablos, señalamos aquellas que llevan un parlamento y otras que se basan en pantomimas, nos atreveríamos a señalar la Danza de Diablicos Sucios, como la representación del diablo a través de mímicas y la inclusión de bailes y coreografía que tienen marcado origen en las manifestaciones del folklore panameño.
Tomando entonces la base pantomímica de éstos, sabemos que el objeto con que se daban estas representaciones de diablos, cumplieron el cometido catequista de quienes la introdujeron en nuestro medio y que luego fue adoptando dejes propios de esta región de Azuero como La Villa, Chitré y Parita.
Se habla de que en primera instancia este diablico vestía un mameluco entero confeccionado de una tela muy comúnmente llamada “mantasucia”, la cual era adornada con rayas y dibujos de color rojo (que simbolizaba el fuego del infierno) y que este color era extraído del tinto del achiote; más el color negro (lo sombrío y lo oscuro del infierno) era extraído del carbón de leña con los cuales se pintaba el vestido, formas que más adelante fueron definiéndose como rayas horizontales o verticales. El diablico sucio tendía a asustar y demostrar lo horrible del ser diabólico, por lo que requería de saltos y movimientos bruscos, que posteriormente dieron origen a bailes específicos que hoy día se conocen como: paseo, mejorana, cumbia o toletón. Este tipo de movimientos hacía que el danzante sudara en exceso y la combinación sudor-tintes daba un “sucio” aspecto del cual se supone viene el nombre de “diablico sucio”.
Las formas actuales del diablico sucio santeño han evolucionado y se confeccionan hoy día los vestidos con tal simetría que han sido hechos de tela para sustituir los tintes y conservar cierta pulcritud de la cual no relacionamos su nombre actualmente. Complementan el vestido con máscaras en técnica de “papier mache”, que logran un efecto único de la representación diabólica, acompaña a esta máscara un singular morrión donde colocan decenas de plumas (preferiblemente las rojas y más largas) del ave tropical: guacamaya. Las plumas se mueven al danzar y representan el cabello del diablo.
También tienen una campanilla debajo de la nalga en el fustillo (vestido de rayas); una tajona; una vejiga inflada de cerdo; una cebadera; castañuelas en cada mano y un par de cutarras de cuero tejido, que al ritmo de la guitarra y las castañuelas complementan la hermosa danza en los torrentes musicales arriba descritos
DIABLICOS LIMPIOS
La Danza del Gran Diablo o Diablicos limpios de La Villa de Los Santos, posee remanentes de las diferentes representaciones que al respecto se hicieron en España y luego en América; su parlamento nos señala la lucha entre el bien y el mal, quienes a base de razonamiento enmarcados en versos se disputan un alma en pena.
Por su lado, el Ángel les señala los beneficios de la doctrina cristiana, mientras que el demonio acompañado de un grupo de diablos, le ofrece riquezas y trata de confundir a esta alma. Al final, vence el ángel al diablo; señala ésta, de los fines de catequización con los cuales se introdujo esta danza representativa de las celebraciones de Corpus Christi, que es donde actualmente goza de vigencia, como un legado folklórico, puesto que ya no cumple directamente una función pedagógica, sino más bien se conserva como algo tradicional. Fuente: Asociación Rescate de Danzas “Miguel Leguízamo”.
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