El 23 de junio de 1940, Adolf Hitler llegó a París para ver lo que las tropas Nazis habían conquistado. Francia había sido derrotada y ocupada por el ejército alemán 9 días antes, y en su visita, Hitler se admiró ante la belleza de la ciudad. Cuatro años después, cuando los alemanes estaban retirándose ante el avance de las tropas aliadas, Hitler ordenó al General Dietrich von Choltitz expresamente que dejara en ruinas a París, pero este lo desobedeció.