Al menos diez intentos por rescatar las aguas de El Chorro de La Chorrera de la contaminación que le afecta al igual que de la deforestación de sus riberas, por parte de diversas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, se han registrado desde 1991, aunque sin el debido seguimiento.
Para 1991, los integrantes del Consejo Municipal de este distrito emitieron el Acuerdo número 10 del 14 de marzo, en el que se declaraba El Chorro de La Chorrera como "sitio de interés turístico nacional" y se tomaban otras disposiciones para su conservación.
El punto 12 de este documento establece que las "autoridades municipales tienen la obligación de apoyar con recursos humanos y materiales a todos los grupos que deseen trabajar para mejorar la imagen de El Chorro de La Chorrera".
Entre los años 1993 y 1995 se realizaron jornadas de limpieza por parte de estudiantes, y una reforestación por parte de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), como parte del proyecto "Rescate de El Chorro" y en la que también participa el Municipio y la Cámara de Comercio.
Para 1998, el entonces Instituto de Recursos Naturales Renovables (INRENARE), realizó un foro, en el que el Instituto Panameño de Turismo (IPAT) se comprometió a trabajar en el diseño de plan necesario para desarrollar la actividad turística de forma ordenada.
Parte de este plan implicaba utilizar los terrenos que antiguamente fueron de la compañía eléctrica y realizar un festival ecoturístico.
Para esta misma fecha, la Asociación Filantrópica y Ambiental (AFAN) de La Chorrera realiza un nuevo intento y expresa su interés de colaborar con las autoridades locales, realizando trabajos para mejorar la imagen del deteriorado chorro, con apoyo del Ministerio de Obras Públicas (MOP).
Unos 12 años más tarde (2002), esta misma organización propone otro plan para rescatar la imagen de El Chorro de La Chorrera. La misma consistía en la construcción de un parque recreativo a orillas del chorro, en el término de dos meses (mayo – junio de 2002), como parte de un proyecto de desarrollo turístico en el área.
Este proyecto consistía en un parque recreativo con pequeños bohíos, los cuales serían alquilados a los visitantes. Cambiar la entrada original para que los visitantes pudieran llegar directamente a la cascada, además de un sendero ecológico.
También para este año, el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) y el MOP realizan una jornada más de limpieza y acuerdan que la tarea se repetiría cada mes, pero todo quedo en solo un buen propósito.
En enero del 2008, una organización no gubernamental advierte que se necesitarían B
99.635.38 para las tareas de reforestación de la cuenca con especies nativas, para lo cual se requeriría de instalar viveros en el sitio.
Otra tarea era el desmonte, remoción de troncos, algas y desperdicios arrastrados por la corriente.
Hasta ahora, la mayoría de los planes y proyectos por rescatar esta caída de agua no han prosperado, quizá porque han sido individuales.