Hace poco, viajaba en un taxi y el conductor hablaba conmigo sobre el tema de la bendita reforma a la Caja de Seguro Social (CSS) y la posibilidad de que este tema se relacione con el futuro inmediato del Canal de Panamá.
"Desde que se fueron los gringos, jamás he visto un centavo de los frutos que da el Canal. ¿Dónde está esa plata? Yo no he recibido nada de la Autoridad del Canal" -sentenciaba el taxista-, muy disgustado por la actitud de los administradores de la vía acuática a los que comparó como "nuevos zonians" panameños.
Igual respuesta he tenido de otros panameños. Muchos no saben a dónde va a parar los dineros devengados por el Estado panameño, producto del funcionamiento del Canal Interoceánico. De que sí es verdad que el presupuesto canalero se va a pagar la enorme deuda externa de Panamá, que asciende a casi 10 mil millones de balboas.
Se dice que al año, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) obtiene unos mil millones de balboas y que parte de este presupuesto (la mitad) se disipa en cuestiones de funcionamiento y administración interna.
Sólo unos 150 a 300 millones de balboas van a las arcas del Estado panameño.
La cuestión es que poco ha hecho la ACP en explicar este espinoso asunto, a pesar que tienen diversos medios informativos para mostrar la realidad del funcionamiento del Canal.
Por desgracia, tampoco existe mucho interés de los directivos de la ACP en querer explicar a los medios el funcionamiento del Canal, menos a la población.
Paradójicamente, será en un futuro cercano, quizás el 20 de noviembre de este año, que dos millones de panameños tengamos que votar en un referéndum para aceptar o no el misterioso proyecto de ampliación del Canal Interoceánico.
Digo misterioso, pues nadie sabe qué proyecto se implementará, aunque se dice que se pretende la idea de hacer enormes esclusas con piscinas alternas para reutilizar el agua del río Chagres para permitir el paso de los buques Post-Panamax.
Ahora resulta que el rechazo generalizado a las impopulares reformas a la seguridad social en Panamá, pongan en riesgo la aprobación del proyecto de ampliación de la vía acuática. Incluso hasta el presidente Martín Torrijos y sus ministros han intentado desvincular esta relación, pese a que es casi imposible hacerlo.
El Gobierno panameño y la misma Autoridad del Canal de Panamá tienen una labor muy titánica de buscar el respaldo del pueblo para que se acepte en el referéndum la modernización del la vía marítima.
Empero, igual debe hacerse un esfuerzo por demostrar que el Canal genera empleos y da beneficios a los habitantes del Istmo, que todavía no ven en realidad dividendos de la reversión ocurrida en diciembre de 1999.