Francia debe ganar a Corea del Sur para espantar los fantasmas que hace cuatro años, precisamente en el país de sus rivales de hoy, traumatizaron a un equipo que hasta entonces se había acostumbrado a la victoria.
El pobre empate de la primera jornada ante Suiza (0-0) dejó ver una imagen que los "bleus" creían haber borrado definitivamente: la del equipo triste que se marchó deprimido del Mundial de 2002.
Una pesadilla que puede agravarse si los franceses no ganan hoy, para lo que deben romper una sequía goleadora que dura ya cuatro partidos mundialistas.
La inoperancia francesa para marcar un gol les ha valido un aluvión de críticas que sólo un triunfo ante Corea puede detener. De lo contrario, el divorcio entre el equipo y la prensa puede ser similar a la que se vivió hace cuatro años en Seúl.
El seleccionador galo, Raymond Domenech, busca soluciones a la sequía goleadora de su equipo, pero por el momento parece más favorable a apelar a la imaginación de los jugadores que a revolucionar su esquema.
Los llamamientos a la "fantasía" y la "audacia" colman la reclamación de un juego ofensivo expresada por algunos internacionales, por lo que todo parece indicar que Francia jugará con un once muy similar al del partido contra Suiza.
Un cambio habrá seguro, puesto que Florent Malouda, recuperado de su indisposición, sustituirá a Franck Ribery, cuya prestación ante los suizos no estuvo a la altura de lo esperado. Con esas bases, Francia espera contar con la magia de Zinedine Zidane, que parece haber recuperado su estado de forma, y con el acierto de Thierry Henry que, sólo en punta, se confesó un poco aislado.
SEQUIA DE GOLES
La selección de Francia necesita urgentemente anotar un gol, eso les daría mayor confianza.