Estoy harto de escribir cosas negativas, pero por más que trato no puedo evitar hacerlo. ¡Es que este gobierno tiene sus cositas raras...!
Allí está por ejemplo el asunto de los edificios nuevos del Ministerio de la Presidencia y el Registro Público. Ambos costarán unos quince millones de balboas.
Tal vez sea cierto que los actuales edificios están en casi ruinas y son incómodos. Pero el bendito anuncio de construcción (y gasto millonario), aparece nada menos cuando el gobierno anuncia con bombos y platillos, que racionalizará el gasto público y hará economías.
¿Qué economía puede hacer si gastará quince millones en hacer dos edificios? Claro que esto es difícil de entender (y aceptar) por los pobres jubilados que tienen pensiones miserables.
Tampoco lo pueden aceptar de buenas a primera, los miles de desempleados que existen en el país, por culpa de una "desaceleración" y falta de eficiencia del gobierno en solucionar el asunto.
Y en medio de todo este barullo, surgen dos viajecitos de la Mandataria al exterior, que pueden estar bien justificados... pero que significan gasto de dinero del pueblo panameño. (A propósito, no dizque el gobierno iba a vender el avión, helicóptero y hasta la casa de Punta Mala?).
Como si lo anterior fuera poco, me entero que al Cónsul panameño en Guayaquil le llamaron la atención porque no trataba bien al público. Pero no lo botaron, como el de Jamaica. Entonces cualquier mal pensado puede creer que no sacaron a ese funcionario porque es hijo de un reconocido arnulfista... (Lo de mal funcionario lo dijo el mismo canciller José M. Alemán y no lo inventé yo, ni ningún otro periodista).
Eso me tiene que amargar el día, porque pienso que pudo haber algún tipo de favoritismo en esa decisión, y eso no es correcto. Además, pienso en las decenas de egresados de la Escuela universitaria de Relaciones Internacionales (antigua Diplomacia) que están sin empleos, o ocupando puestos inferiores en nuestras delegaciones en el exterior. Y seguramente ellos tratarán mejor al público que necesite de sus servicios.
Y casi perdida en la memoria está una situación. Existe una ley que separa del gobierno a quien llegue a los setenta y cinco años de edad. Muchos la critican y en la Universidad se aplica desde hace meses, pero...
Bueno, me entero que falleció un cónsul panameño distinguido en estos días. Lo curioso del asunto es que tenía setenta y nueve años de edad.
O sea que a él no le aplicaron la "Ley Faúndes", porque era o tenía respaldo de gente poderosa en el gobierno. Entonces, ¿la ley es para los pen...sadores en Panamá? ¿Por qué sacan de la "U" a profesores de 75 años y no a diplomáticos de esa edad?
Y finalmente, como para que me dé un infarto, me entero que harán viviendas bajo el puente de las Américas, en un asunto donde está una recién creada empresa que (¡oh maravilla!) es dirigida por gente muy conectada al gobierno.
Pero cuando un empresario de origen ruso quiso hacer un proyecto mucho más ambicioso en ese sitio, regalando el segundo puente sobre el Canal, este gobierno "no le dio bola". No le importó un rábano su propuesta. (¿Eso no huele a flores, verdad?). |