El respeto a la dignidad de los demás es la clave de una sociedad estable. El honor y la moral del prójimo son cosas que generalmente debemos valorar.
Hay veces que uno debe recordar estos preceptos, sobre todo en el momento del fallecimiento de un ciudadano.
Por desgracia, hay profesionales del ramo investigativo que se les olvida mantener el respeto a los otros ciudadanos, algunos de los cuales mueren en tragedias cotidianas como en suicidios, accidentes de tránsito o desastres naturales.
Pues claro. A nadie le gustaría ver a un familiar, ser querido o persona allegada, ser fotografiada o filmada para saciar el sensacionalismo.
Tampoco se ve bien que no respetemos el dolor ajeno cuando una persona fallece.
Recién ocurrió un suceso que provocó el disgusto de la comunidad por el trato y poco respeto a un ciudadano muerto. Es urgente cambiar actitudes malsanas que denigran la imagen tanto de los encargados de divulgar informaciones como a los familiares del hogar afectado por una tragedia.
Recordemos que todos los ciudadanos somos parte de una sociedad. Cada individuo que vive en este país es nuestro compatriota y hermano.
Empero, desde hace rato viene surgiendo en esta sociedad una actitud fría y materialista frente a los problemas sociales que nos afectan. Ya la gente en Panamá no le importa lo que le sucede al prójimo, sólo si ocurre un hecho bochornoso que denigra a un sujeto tal.
La clave del éxito de otras sociedades y naciones es el respeto a los valores humanos y la dignidad de la persona.
Si no entendemos esto, nuestra sociedad va hacia el fracaso.
Como decía el prócer mexicano Benito Juárez, "el respecto al derecho ajeno es la paz".