Portugal, que era un cadáver tras perder su primer partido de la Eurocopa contra Grecia (2-1), se olvidó de los nervios que lo amenazaron en el debut y se impuso ayer en Lisboa a Rusia por 2-0, en partido del Grupo A, con lo que mantiene sus esperanzas de clasificación.
Los lusos, que se habían mostrado inoperantes en su primer encuentro, resolvieron pronto ante los rusos, con un gol de Maniche, centrocampista del Oporto, en el minuto 7, ante una selección rusa que jugó toda la segunda mitad con diez hombres, por expulsión de su guardameta Sergey Ovchinnikov.
Ovchinnikov vio la roja directa al minuto 45 de la primera mitad, por interceptar con la mano fuera del área un ataque del delantero centro portugués Pauleta, cuando encaraba en solitario la portería, y ahí murió el partido.
El segundo tanto portugués llegó en el minuto 89 al rematar Rui Costa un centro desde la izquierda de Cristiano Ronaldo.