Se requirió un cheque de 63.7 millones de balboas para que reapareciera el Presidente Martín Torrijos.
Luego de días de intercambio de piedras y gases lacrimógenos entre FRENADESSO y la Policía, el cada vez menos popular mandatario señaló que "no había manera de quedar bien" en cuanto a las reformas a la seguridad social, luego de recibir los dividendos correspondientes al 49% de las acciones del Estado en Cable and Wireless Panamá.
Haciendo alusión a la profunda baja en popularidad que le ha significado la reforma, Torrijos reconoció estar "pagando el precio" de haber aprobado el polémico documento.
El presidente también reconoció anoche que las reformas han afectado a la clase media y profesional, pero advirtió que si éstas no se daban, no iba a ver país para nadie, porque se daría una explosión social.
"Es cierto" que se les afecta, pero cuánto cuesta la paz social, cuánto cuesta que nuestros hijos puedan ir a las escuelas sin guardaespaldas y sin vivir encerrados tras los muros, expresó.
En una entrevista con periodistas de varias televisoras, Torrijos dijo que le ha dolido sentir el repudio que han causado las reformas, pero para él no había forma de salir ganando y que esperaba que en el futuro esa incomprensión varíe.
Martín Torrijos aceptó que en estos días vivió la soledad del poder, pero la situación fuese peor si sintiera que abusó de su poder.
Lo único que sacó de quicio al Presidente fue cuando se le preguntó por la otra palera: la del juego de fútbol entre Panamá y Estados Unidos. "¡Chuuuuleta!", dijo Torrijos, con una mueca de dolor.