Una carta abierta dirigida a monseñor José Domingo Ulloa entregaron los familiares de las víctimas de la dictadura militar, en la que le recordaron al prelado que las vidas de los secuestrados, desaparecidos y asesinados durante esta época fueron truncadas y que deben ser también incluidos en sus plegarias y en sus demandas a las autoridades nacionales.
"A las víctimas de la dictadura se les ha matado con el olvido y la impunidad, además de la misma muerte que sufrieron", dijeron los miembros del Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá, Héctor Gallego y del Comité de Chiriquí.
Reconocieron lo acertado y sabio de haber tenido en cuenta en la homilía de la Cita Eucarística a un desaparecido de la importancia que tiene para la iglesia y para el pueblo el padre Héctor Gallego.
Los familiares representados por ambos comités pidieron no olvidar a sus muertos y que se haga justicia para mantener viva su memoria.
Ayer, en la Cancillería, representantes de las víctimas de la dictadura mantuvieron una reunión para iniciar una mesa de trabajo en torno a la demanda interpuesta en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, como un posible reconocimiento económico, la dotación de recursos para el laboratorio de ADN, entre otros puntos.
Gallego fue secuestrado el 9 de junio de 1971 por miembros de la Guardia Nacional. Hay diversas versiones sobre el lugar donde fueron enterrados los restos del sacerdote.