Es fácil encontrar oficinas (públicas y privadas) donde las relaciones entre los trabajadores son pésimas. Algunos no se llevan con un jefe intransigente e injusto. En otras, los empleados levantan entre ellos barreras de incomunicación y chismes. Otros se la pasan haciéndose bromas pesadas que terminan por separarlos, y hasta provocan que se enfermen algunos de ellos.
Lo triste es que no hay cultura gerencial para mejorar las relaciones entre los empleados. Al empresario y ejecutivo panameño le preocupa la producción en la medida que provoque el característico sonido agudo de sus registradoras al momento de ingresar dinero.
A pocos les interesa qué les pasa a sus empleados, sus traumas y frustraciones, sus sueños, sus problemas de comunicación.
"Si no trabaja bien... para afuera! Es la consigna del empleador o el jefe, y se olvidan que cada trabajador es un ser humano con una serie de roles que cumplir y muchos obstáculos que soportar. |