El Congreso de Bolivia no tiene fecha prevista para discutir la renuncia del presidente Carlos Mesa, mientras las protestas continúan paralizando varias ciudades y gran parte del territorio del país.
El senador Hormando Vaca Diez, presidente del cuerpo legislativo, declaró que no existen las condiciones para que se reúna el parlamento para aceptar o rechazar la dimisión de Mesa.
Dijo que, por lo tanto, no convocaría a los legisladores mientras no haya garantías para que sesionen sin presiones.
"No me siento en condiciones de decidir el momento de la instalación del Congreso", declaró luego de conocer la dimisión de Mesa.
Según la legislación boliviana, Vaca Diez debe asumir la presidencia de la República en su calidad de jefe del Congreso, si es que se acepta la renuncia de Mesa.
Pero en meses pasados el titular del parlamento ha sido rechazado en varias ocasiones por casi todos los sectores como posible mandatario de Bolivia.
El diputado y líder indígena Evo Morales incluso denunció hace unos días que Vaca Diez tenía ambiciones presidenciales y estaba conspirando para perpetrar un golpe de Estado civil-militar.
CONVULSION SOCIAL
La dimisión de Mesa no ha logrado aplacar la convulsión social que comenzó hace tres semanas por una disputa acerca de si debe tener preeminencia una asamblea constituyente o un movimiento autonómico regional.
Miles de campesinos, mineros, maestros, obreros y estudiantes marcharon nuevamente en La Paz detonando cartuchos de dinamita, mientras el Congreso anunció que sesionará hoy para tratar la renuncia del presidente Carlos Mesa.
La policía dispersó con gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaron llegar a la plaza Murillo, incautó alrededor de 500 cartuchos de dinamita y detuvo a un número no precisado de manifestantes, en su mayoría mineros.
En su discurso de renuncia, Mesa enfatizó que continúa siendo presidente mientras no se reúna el Congreso y aseguró que no habrá vacío de poder.