Teresa Baeza, una ex empleada de la novia del padre Alberto, acusa a la futura esposa del sacerdote, Ruhama Canellis, de prostituta y responsable por arreglarse con los paparazzi para que el cura cayera en el lío que se armó. Baeza asegura que todo el escándalo fue planeado por Ruhama, a quien también acusa de haber drogado el padre Alberto en alguna ocasión. Asegura que la Ruhama y su madre montaron este show porque debían la hipoteca de su dúplex.