"En la embarcación de los occisos no se encontró ni siquiera un casquillo que dijera que se disparó un arma de fuego", reveló el fiscal Auxiliar, Luis Martínez.
El final de Dagoberto y Rigoberto Pérez Rivera denota que murieron abrazados cuando uno protegió al otro ya herido de muerte en la lancha, tras recibir los disparos de AK-47.
Martínez sustentó su investigación en que en el informe de rastros de pólvora se le tomó declaración a los peritos para conocer de qué manera una persona se puede impregnar de residuos de pólvora y de cobre. "Los peritos explicaron que se puede transmitir de mano a mano. Esa situación se corroboró en la investigación, porque los policías trasladaron de la embarcación de las víctimas a la embarcación policial a esas personas e incluso fueron colocadas en la nave donde da cuenta que se dieron varios disparos, por lo tanto había residuos de pólvora y de cobre".
Para el fiscal, está justificada la razón de que a uno de los hoy occisos se le encontró residuos de pólvora y al otro de cobre, ya que se pudo haber adquirido en la embarcación "Delfín" perteneciente a la Unidad de Mantenimiento de Operaciones Fluviales y Costeras (UMOFC).
La investigación donde se detuvieron a seis unidades de la UMOFC y Narcóticos de la Policía Nacional por el homicidio de los pescadores de Playa Leona, también reveló los hechos que se dieron en la custodia de la lancha "Niña Evi".
Martínez manifestó que se hizo diligencia y participó personal de Criminalística. La nave quedó a órdenes de la Policía, que en ese momento estaba presente.
"El que custodia dijo que no había nadie que él tuviera que remplazar. Pasaron como dos horas", informó el fiscal Martínez sobre lo que surgió en la investigación preliminar del hecho.
Sobre la subametralladora implantada en la escena del crimen, la misma fue sometida a una pericia de Criminalística, la cual no aparece registrada en la Policía Nacional y tampoco se ha determinado su origen y propósito tenía para introducirla en la embarcación como evidencia.
NECROPSIA
Rigoberto Pérez tenía cuatro impactos de bala: dos del lado izquierdo en la cabeza en la parte trasera, uno en el antebrazo izquierdo y otro en el tórax del lado izquierdo.
Dagoberto Pérez tenía un impacto en el brazo izquierdo y otro en el hemitórax que le perforó los pulmones y otras partes internas de su cuerpo, reveló la necropsia.
Se estableció que las unidades usaron la fuerza de forma desproporcionada.