OPINION

REFLEXIONES
"Intereses y presiones"

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Por Carlos Christian Sánchez
Asesor diplomático

El interés nacional de un país siempre se basa en los beneficios económicos y políticos que ganaremos frente a una relación con un Estado determinado. Por razones estratégicas y del interés nacional panameño, la República de Panamá reconoce diplomáticamente a Taiwan, pero mantiene lazos comerciales fuertes con China Popular. Nadie duda que la China Popular tiene su peso en el mundo contemporáneo, pero es "indecente" decir que para ganarse amigos, hay que dejar a los viejos compañeros, simplemente por obtener unos dólares más".

Desde mediados de 1997, Pekín ha presionado a Panamá para que rompa lazos diplomáticos con Taipei, puesto que sólo así se abrirá el comercio con el coloso asiático, según ellos. De que China Popular tiene mil millones de consumidores, que es uno de los usuarios del Canal Interoceánico y ofrece grandes ventajas comerciales. La verdad es que Panamá no puede fijarse así por así de especulativas cifras o propuestas insólitas de inversión en Shanghai o en Cantón.

Para efectos, Taiwan mantiene una política de ayuda al istmo en las áreas de Cooperación Técnica e inversiones directas. Ofrece préstamos especiales al gobierno panameño. Además, Formosa es una de las puertas de entrada al comercio asiático, como también lo son Japón, Corea y Singapur.

Es incuestionable descartar una relación directa con China Popular, empero jamás debemos acceder a las presiones interesadas de Pekín, por solamente creer en utópicos preceptos mercantilistas. La alternativa del "Doble Reconocimiento Diplomático" es la solución, puesto que así eludimos el peligro de perder un aliado comercial importante como lo es Taiwan, mientras que consolidamos una relación clave con una de las potencias emergentes del Tercer Milenio.

Por espacio de tres décadas, la República de China en Taiwan (ROC) fue reconocida como "legítimo representante del pueblo chino" tanto por gran parte de la comunidad internacional y por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Empero, en 1971, por cuestiones estratégicas de la diplomacia estadounidense, se avaló una resolución a favor de reconocer a la China Popular en el seno de la ONU, mientras que a Taiwan se le marginó.

Existen casos de Estados reconocidos como legítimos representantes de un pueblo determinado, que adquirieron puestos simultáneos en los organismos internacionales: Alemania es un caso clásico, pues hasta 1990 mantuvo dos naciones separadas reconocidas por las Naciones Unidas. De igual manera, así ocurrió con Vietnam, Yemen, Eritrea y Etiopía, hasta con la Península de Corea, todavía hoy separada desde 1947.

El tema del conflicto China-Taiwán debe ser resuelto por el mismo pueblo chino. Panamá debe andar con mucha cautela y sensibilidad política frente a este asunto. Por ello, nuestro país seguirá adelante sus relaciones diplomáticas con la República de China, a la vez que consolidará sus relaciones comerciales con China Popular. Ojalá suceda pronto la tan anhelada reconciliación china y se ponga fin a la tensión en el estrecho de Formosa.

 

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