Martes 4 de junio de 2002

 

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Chávez y su esposa quiebran palitos

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El Universal de Venezuela
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La esposa de Chávez dijo hace dos años que nunca llevaría sobre sus hombros el papel de una esposa de conveniencia o una esposa de apariencia.

Marisabel Rodríguez, aún de Chávez, oficializó lo que, según sus propias palabras, 'todo el mundo sabe': que la pareja presidencial está rota. La presentación de los documentos legales para la separación de cuerpos es inminente

Con mucha frecuencia --aunque no todas las veces-- los chismes dejan de serlo y se convierten en verdades. Este es uno de esos casos: el presidente Chávez y Marisabel Rodríguez se están divorciando. La primera dama lo ha confirmado. Se acabó el chisme.

'Lo dije hace dos años, que nunca llevaría sobre mis hombros el papel de una esposa de conveniencia, de una esposa de apariencia. Le pedí a Dios que no llegara este momento, porque nadie quiere deshacer su familia, sobre todo cuando cree que es la célula de la sociedad y su impulso vital. Pero creo que ya para nadie es un secreto.

'Yo me he venido preparando mucho, mental y sicológicamente, porque no es fácil afrontar la vida después de una separación, de un divorcio. Es un momento difícil, pero tiene que ser ahora, no puede ser después, no podía ser antes. Dios indica cuándo es el momento y ahora me lo ha indicado. Yo creo que esto le dará a él mayor libertad para maniobras políticas, y muchísima tranquilidad a mí, porque en este momento mi familia y yo queremos que a cada quien se le asignen sus responsabilidades. A mí me impresionó cuando le preguntaron al doctor Carmona Estanga si temía por su familia y dijo que 'no, porque ellos son ajenos a esto, la responsabilidad de todo lo que sucedió es mía'. Espero que el Presidente aclare esto ante la gente, que deslinde responsabilidades. Es muy triste, cuando has entregado tiempo y has involucrado gente y tienes que decirles 'vamos a recoger las cosas'. No puedo seguir sometiendo a los niños al estrés de vivir en un sitio del que hemos salido ya tres veces corriendo, casi con el palito con una bolsita atrás guindando. Eso no es vida para nadie'.

¿La política tuvo un peso clave en lo que les ocurrió o hubiese pasado de todas maneras?

No se sabe, nadie es adivino. Sí influye, no le doy todo el peso, porque tiene un altísimo componente la personalidad, el contraste de los caracteres. Ciertamente, la política ha sido muy influyente y sobre todo mi personalidad, la forma cómo me he relacionado yo con ella, cómo la analizo. Tener una personalidad muy crítica me ha hecho traspasar la barrera de lo permitido.

¿El Hugo Chávez con el que se casó cambió de manera que hizo imposible la convivencia?

A todas luces, no es lo mismo el trabajo de un militar, un cartero, un piloto, que el de un Presidente. Sobre todo con un trabajo tan grande y un piso político que construir. Toda la fuerza se aboca a eso. Sí, cambiaron muchas cosas, nos cambió el entorno, nos cambiaron las amistades. Hemos conservado quizá la esencia de nuestra relación, pero hay cambios que no pasan inadvertidos y te dejan una huella, una marca. Algunos me han hecho desconfiada. Tanta gente que tú crees que es honesta, no es tan honesta; que crees que era trabajadora y no lo es tanto.

¿Queda sin cumplir la promesa de convertir a los niños de la calle en niños de la Patria?

Como van las cosas, sí.

¿Se divorcia también de la revolución bolivariana?

¿Dónde ha escuchado usted que yo estoy casada con la revolución bolivariana? Estoy casada con el líder de la revolución bolivariana. Cuando me comprometí con Hugo, lo hice con un hombre normal, con el padre de una hija, todo el resto de las cosas son circunstancias que han ocurrido alrededor de nosotros.

¿Cómo puso a un lado sus problemas para salir a defender a Chávez ante el mundo, cuando estaba derrocado?

Porque si no lo hubiese hecho no tendría paz en mi corazón. Porque solamente la justicia conduce a la paz y porque había que ser justos, y lo que estaba cometiéndose en el país era una injusticia. Si yo dejaba pasar esa injusticia, y si hubiese pasado algo, nunca hubiese tenido paz en mi corazón.

Se han dicho muchas cosas sobre la forma como el Presidente la trata a usted. ¿Son ciertas esas versiones y, en tal caso, influyeron en esta decisión?

Dígame la pregunta más directamente.

¿Ha incurrido el Presidente en la violencia doméstica contra usted?

Mire, materialmente, para que quede como un mensaje para todas las mujeres, un mensaje de estima personal: no, no ha habido una materialización de ningún hecho de violencia. Y digo que debe ser un mensaje para las mujeres porque si eso hubiese ocurrido esta decisión yo la hubiese tomado antes. Creo que ese es un paso que cuando se da es muy difícil revertirlo, por muchas oportunidades que uno le dé a la pareja. Yo dije hace dos años que para mí, quizá porque soy hipersensible, hay otros tipos de violencia, como, por ejemplo, que no te escuchen, porque siento que Dios me ha otorgado un don de discernimiento para comunicarme con mis semejantes. La comunicación es para mí uno de los lazos más hermosos entre dos personas.

¿Está roto el diálogo en este hogar?

No, no creo. Yo, como ser humano, no quisiera perjudicar al Presidente, y es probable que algún día él entienda eso.

 

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