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Las declaraciones se produjeron luego de la salida del enviado de la OEA . Foto AP  |
El partido gubernamental Familia Lavalás no está dispuesto a convocar nuevas elecciones legislativas y municipales en Haití, como exige la oposición, declaró el ministro de Comunicación y Cultura, Guy Paul.
En conferencia de prensa, Paul explicó que la organización de unas elecciones "cuestan mucho dinero" y que, aparte de que el país no está para dispendios, "en democracia, el respeto del voto popular es importante y se debe respetar al sufragio universal", como dijo el presidente Jean-Bertrand Aristide, añadió.
Para Paul, "no se puede estar continuamente negociando (con la oposición y la comunidad internacional) sobre algo que ya ocurrió", y el gobierno "va seguir su camino dejando de lado ciertas cosas".
Sin embargo, añadió que, a pesar de todo, el gobierno y el partido Lavalás se mantendrán "dispuestos al diálogo", y que las negociaciones continuarán, pero sólo para discutir sobre "problemas de fondo, como la educación, la salud, las infraestructuras y demás".
No obstante, puntualizó que, "si fuera necesario", se formará un nuevo Consejo Electoral para "organizar rápidamente" elecciones parciales para elegir los escaños de senadores cuestionados por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Con respecto a las perspectivas de sanciones internacionales a Haití por no haber resuelto la crisis derivada de las elecciones legislativas y municipales del 21 de mayo de 2000, consideradas por la oposición y la comunidad internacional como fraudulentas, Paul consideró que "sería casi inmoral que los países de la OEA impongan sanciones a un pueblo por haber votado".
Paul dijo también que en la actual situación de pobreza y de miseria del pueblo haitiano, no es comprensible que la OEA pueda sancionar al país caribeño, el de menor renta per cápita de América.
Mientras tanto, un portavoz de Lavalás criticó hoy que la sociedad civil, una de las principales plataformas opositoras, denunciará la "intransigencia del poder", y propuso un nuevo concepto de "sociedad civil mayoritario, en el que participen realmente las masas".
Yvon Neptune, representante nacional interino de Familia Lavalás y presidente (cuestionado) del Senado, acusó a la sociedad civil de "golpista" y de representar de forma minoritaria de los intereses del pueblo haitiano.
"Esta sociedad civil debe limpiarse y desinfectarse", dijo Neptune, quien calificó las previsibles sanciones como una "continuación" del embargo internacional tras el golpe de Estado de 1991 liderado por el general Raoul Cedrás contra Aristide, cuando ganó las elecciones presidenciales por primera vez.
Las declaraciones de Paul y Neptune se producen 24 horas después de la partida de Haití del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el colombiano César Gaviria, al frente de una misión del organismo internacional para tratar de resolver la crisis, y que concluyó en fracaso.
Antes de partir de Puerto Príncipe, Gaviria declaró que informará de la situación a la Asamblea General de los 34 países de la OEA, que se inicia este fin de semana en San José de Costa Rica.
Anunció que el presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide, le entregó una carta destinada a la Asamblea General y confió que el documento contenga propuestas interesantes.
La falta de entendimiento entre el gobierno y la oposición haitianas radica principalmente en la negativa de ésta a reconocer los resultados de las elecciones legislativas y municipales, celebradas el 21 de mayo de 2000, que fueron ganadas por mayoría casi absoluta por Familia Lavalás. |