Las imágenes de jóvenes interioranos desnudos y algunos desarrollando relaciones homosexuales debe llamar la atención de los hogares panameños.
Ese tipo de comportamiento, donde se exhibe sin mayor recato la intimidad a cambio de algunos dólares, refleja que un sector de la juventud anda descarriada.
La responsabilidad primaria de eso, es de los padres y de adultos que se aprovechan de la condición de pobreza y los bajos principios morales de algunos chicos.
Los padres deben estar atentos a sus hijos, sobre todo en la etapa de adolescencia donde se exponen a todo tipo de tentaciones y van descubriendo aspectos vetados en la niñez como es la sexualidad. La orientación es importante, para que ninguna persona de la calle le caliente las orejas y hagan cosas pecaminosas a cambio de algunos billetes.
Muchas veces vemos hogares, donde los jóvenes toman licor y fuman a la par de su padre y su madre. De esa forma se va formando una conducta de irrespeto, que luego terminan en los hechos que hoy nos escandalizan Al mismo tiempo resulta repulsivo que algunos adultos hagan de la pornografía un negocio. No hay que ser santurrones, el sexo atrae, pero tampoco podemos forzar a la juventud para que acelere su conocimiento en esos bajos instintos. Cada cosa tiene su momento. No se puede correr antes de empezar a caminar.
La juventud también debe ser maliciosa y no dejarse envolver por sujetos desconocidos que les llegan con la promesa de ganar dinero fácil. El trabajo honrado es lo correcto.
Hoy cientos de jóvenes de Coclé son blancos de la mofa de todos. Con los adelantos tecnológicos prácticamente el mundo entero ha podido observar su desnudez. Así mismo, los padres de esos chicos hoy sufren la vergüenza, por una acción no meditada de sus hijos.