Cientos de niños birmanos que quedaron huérfanos cuando el ciclón Nargis les arrebató a sus padres, padecerán en el futuro severos traumas psicológicos por la magnitud y la forma en que se produjo la tragedia que destrozó sus vidas. "Todavía es pronto para evaluar esas secuelas, pero no cabe duda de que jamás volverán a ser como antes", señaló a EFE el jefe de la representación de UNICEF en Birmania (Myanmar), el nepalí Ramesh Shrestha. "Perdieron todo en cuestión de minutos, fue tan terrible que incluso muchos adultos ahora tienen pánico a unas gotas de lluvia".