Las risas se convirtieron en muecas de dolor salpicadas de sangre. La diversión terminó en tragedia: tres personas fueron asesinadas, 10 están retenidas para investigación, y 3 terminaron baleadas.
Eran pasadas las 3:45 de la madrugada de ayer, domingo, cuando 3 sicarios criollos llegaron a la casa 1626, en Calle 19 de Los Robles Sur de Don Bosco, corregimiento de Juan Díaz, donde había una fiesta, y empezaron a disparar contra los presentes.
En medio del ataque y posterior fuego cruzado de proyectiles, Edwin Eduardo Rodríguez Rangel, murió cuando un balazo lo impactó en la cabeza. Su cuerpo quedó tendido en el portal de la residencia.
Acto seguido, intentando llegar a su vehículo, un sedán blanco marca Mitsubichi Lancer, con placa 455870, falleció Robert Taylor Harper ultimado por un proyectil que le entró por el pómulo izquierdo y aparentemente se le alojó en la cabeza.
Taylor Harper exhaló su último aliento cayendo junto al vehículo estacionado a unos metros de la casa 1626.
Mientras que a José Javier Palma Moreno, de 19 años, se le dictaminó muerte cerebral en el Hospital Santo Tomás, pasadas las 11:00 de la mañana de ayer: 2 balas lo alcanzaron en la cabeza y una tercera en el tórax.
Esa madrugada, la histeria se apoderó de los que disfrutaban de la actividad en la que participaban más de 30 personas. En medio de la confusión reinante en el lugar, otras 3 personas también fueron alcanzadas por las balas.
José Jahir Palma Moreno, de 21 años, fue impactado en el tórax y hasta la hora de cierre de esta edición se mantenía delicado en el Hospital Santo Tomás.
Estable y recluido en la Caja de Seguro Social, está Blas Manuel Rodríguez, de 25 años, con un impacto de bala en el tórax.
Mientras que Luis Carlos Josphes Girón, de 26 años, quien se encuentra retenido a órdenes de la DIJ, fue atendido en la Policlínica JJ Vallarino: una bala lo rozó en el costado izquierdo.
La dueña de la casa no ha sido ubicada por la Policía hasta la tarde de ayer, domingo.
Un operativo se desplegó para dar con los responsables del suceso, pero no se ubicó a ninguno.
¿Quedará como una estadística más de la violencia?