Los llamados PYMES o la pequeña y mediana empresa, constituyen un factor importante ante la globalización y adquieren mayor beligerancia por ser un paso intermedio en los procesos productivos o servicios que permiten a las grandes empresas competir en costos en igualdad de condiciones.
En México, por ejemplo, el retraso de estas actividades es consecuencia de la falta de impulso de sus estructuras, por lo que este sector se mantiene en la actividad informal y para su crecimiento sostenido, es importante reconocerlas dentro de un marco legal y financiero capaz de motivar su ampliación.
En nuestro país, se fundó la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, AMPYME, mediante la ley del 29 de mayo del año 2000, gracias a los logros obtenidos por más de 8 mil microempresarios y pequeños empresarios organizados en los sectores agrícola, manufacturero y turismo.
En la lucha contra el desempleo, las PYMES están destinadas a ser un factor de importancia porque, siendo la juventud la más afectada, deberán realizar aportes significativos para mejorar sus condiciones socioeconómicas.
Las orientaciones en este sentido, deben iniciarse en el nivel primario de la educación para que exista una formación sólida al momento de ingresar en las edades productivas. En Panamá, las líneas de productos lácteos, como yogurt, helados y quesos, han logrado un avance gracias a las plantas móviles de AMPYME y a la capacidad de organización de quienes en estos rubros de desempeñan.
Es importante destacar que, al igual que los grandes temas nacionales, la micro y la pequeña empresa, debe ser considerado un factor esencial en las agendas de los gobiernos, no sólo para combatir el desempleo sino para lograr una mejora sustancial en los niveles de vida, en particular de la población menos favorecida.