Que me perdonen los expertos en regeneración de delincuentes, pero no estoy de acuerdo con rebajas de penas, ni casa o país por cárcel a los maleantes detenidos. Pienso que la mejor justicia es la que se cumple al pie de la letra, sin artificios que pueden hacerle creer al maleante que el crimen sí paga en Panamá.
El castigo debe ser ejemplar para que el que violó la ley no vuelva a hacerlo... o al menos sepa que no estará en un "lecho de rosas" en la cárcel.
Es más, pienso que aquí debe existir la pena de "trabajos forzados", para que al menos el delincuente contribuya con algo al mejoramiento del país que ofendió con su actitud violatoria de la ley.
Quitarle el treinta por ciento de una pena de prisión a un sujeto, que a ciencia cierta no se sabe si se ha regenerado de verdad, es demostrar debilidad y ser suave (blando) con el maleante.
Los castigos deben ser ejemplares para que le causen suficiente miedo al sujeto y no vuelva a las andanzas.
Nadie me garantiza que una persona que se hace pasar por "blanca paloma" es la cárcel, luego que salga antes de tiempo no vuelva a cometer delitos.
¿Y qué hay de las víctimas? Para ellas no existe la rebaja del treinta por ciento del arresto por supuesta buena conducta.
Sufrieron el daño de la peor manera y "san se acabó". Algunos quedan con secuelas de por vida y les cuesta volver a ser normales, todo por culpa de un sujeto sinvergüenza que violó las leyes.
Basta ya de tratar de "paños tibios" a nuestros delincuentes, con la excusa barata que se ha regenerado, cuando nadie lo puede asegurar realmente.
No quiero pensar que detrás de esta suavidad con ciertos maleantes, esté un absurdo y acomodaticios deseo de desalojar las congestionadas cárceles.
Esto sería buscar "el remedio en las sábanas y no en la enfermedad".
Imagino que si un panameño "primerizo" las pasa negra en la cárcel, la próxima vez que vaya a robar, violar, traficar drogas, etc., lo pensará dos veces.
Esto funcionaría en la mayoría, dejando a un lado los que sufren de masoquismo, que es sentir placer con el dolor.
Una justicia blandengue será el hazmerreír de la maleantería panameña.
Que aprendan que el "crimen no paga" en Panamá, porque nuestras cárceles no son sitios de veraneo ni de reposo.