Panameños menores de diez años vivieron el pasado domingo una nueva experiencia en sus vidas, ese fue el caso de María Celeste y Miguel Abdiel, de cuatro y nueve años, respectivamente; y así como ellos, miles de niños y niñas en todo el territorio nacional fueron empadronados por primera vez como requisito del Censo Nacional, XI de Población y VII de Vivienda, organizado por el Instituto de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República.
La gran expectativa, ¿llegamos a los cuatro millones de habitantes?
Una fuente de la Contraloría anunció que el censo implicó registrar a todas las personas que se encuentran en el territorio nacional, sin tomar en cuenta si están de tránsito o de vacaciones, o el estatus legal de los ciudadanos extranjeros. Este dato es realmente interesante conocerlo, teniendo como base que Panamá se ha constituido para los extranjeros, en el país de las oportunidades, y muchos vecinos de Colombia, Venezuela, República Dominicana, México, entre otros, han decidido trasladarse a este país con sus familias; además de los adultos mayores de Europa que viven su retiro en las tierras altas y en las costas.
Si consideramos que se empadronaron a unos 3.5 millones de personas en 164 regiones censales a nivel nacional, el trabajo de los 125 mil encuestadores fue arduo, pues tuvieron que aplicar 32 preguntas de población y 24 de vivienda, por familia visitada. Los resultados los conoceremos en cinco días, es decir el próximo viernes.
Esperamos que la inversión de 16.5 millones de dólares, costo aproximado del censo, permita, además de conocer la cantidad de personas que habitan en Panamá y las circunstancias en que viven, muestre informaciones desconocidas que se constituyan en elementos para establecer políticas públicas definidas.
Si es una actividad que se realiza cada diez años, sería oportuno que se consideraran interrogantes que, aunque absurdas, puedan servir de parámetros para proyecciones futuras o quizás para darle respuestas a situaciones que en estos momentos, están afectando al país. Para dar un ejemplo, preguntar si en las familias empadronadas hay miembros con SIDA u otra enfermedad infecto-contagiosa; si tienen miembros que pertenezcan a pandillas, y si sus integrantes dominan otro idioma además del español. Como se trata de informaciones confidenciales, se podría preguntar a los menores de 18 años si mantienen relaciones sexuales activas.
Lo positivo, que los panameños cumplimos, somos un verdadero ejemplo, y en esta ocasión le tomo la palabra a Don Rolando, quien orgulloso dice: los censos en Panamá son catalogados como uno de los mejores a nivel internacional, y le creo, pues sus años de experiencia y su interés por conocer los temas mundiales, le dan credibilidad a su expresión.