El país está al borde de una crisis energética. La capacidad de generación de energía eléctrica en Panamá apenas puede cubrir la demanda, que cada día crece más por causa del "boom" inmobiliario.
Hace 5 años atrás, nadie se imaginaba la avalancha de turistas que nos visitarían, la cantidad de inversión extranjera que se generaría y el número de jubilados estadounidenses y europeos que escogerían este país como su residencia, luego de la aprobación ciudadana al proyecto de ampliación del Canal. Nadie esperaba el crecimiento económico de hoy día, ni la construcción de tantos rascacielos.
Pero lo que sí sabíamos hace casi un quinquenio, era que lo que el país generaba en energía eléctrica (hídrica y térmica) cubría apenas los requerimientos en la ciudad capital.
Este gobierno falló; y falló en grande, al no ver a tiempo lo que venía. Pero nosotros no estamos poniendo de nuestra parte tampoco. A pesar de que la energía eléctrica está tan cara, seguimos dejando las luces prendidas en recámaras en las que no estamos, al igual que los aires acondicionados y televisores.
Gran parte de la empresa privada ha hecho caso omiso al plan de ahorro energético lanzado recientemente por la Autoridad de los Servicios Públicos, en cuanto a los horarios para apagar los letreros luminosos.
Todavía falta bastante para que el nuevo proyecto hidroeléctrico que se construye en Changuinola ayude a cubrir la demanda de energía. Y lo más probable es que cuando este comience a operar, estaremos denuevo al borde del precipicio.
Lo único... lo único que podemos hacer los panameños es limitar nuestro consumo. Es difícil, ciertamente, cuando las empresas eléctricas nos aumentan el costo de la luz cada 6 meses. Pero mientras un nuevo gobierno no ejecute una nueva estrategia en el mercado eléctrico, no nos queda de otra a los ciudadanos que usar la energía prudentemente.