Colombia consideró como un "acto inamistoso" y un "flagrante abuso del principio de la buena fe" que Nicaragua haya empleado un avión militar para trasladar de Quito a Managua, y por el espacio aéreo colombiano, a dos presuntas rebeldes heridas en el reciente bombardeo a una base de las FARC en Ecuador.
En una "enérgica protesta" divulgada hoy en Bogotá, el canciller colombiano, Fernando Araújo, expresó a su homólogo nicarag�ense, Samuel Santos, que actos como este "abiertamente afectan la confianza" entre ambos gobiernos.
Araújo advirtió de que su Gobierno registra "con sorpresa" que Managua haya utilizado, al parecer, una aeronave de la Fuerza Aérea del Ejército de Nicaragua para transportar desde Quito a las colombianas Martha Pérez Gutiérrez y Doris Bohóquez Torres.
Las mujeres son presuntas guerrilleras de las FARC que resultaron heridas junto a la mexicana Lucía Morett en el bombardeo colombiano del pasado 1 de marzo a un campamento de esta guerrilla en las selvas del norte ecuatoriano.
En la acción murieron el segundo al mando y portavoz internacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), alias "Raúl Reyes", y otras 25 personas, entre rebeldes y civiles, además de un militar colombiano en territorio de su país.
Como Morett, quien viajó de Quito a Managua hace dos semanas, las dos colombianas lo hicieron el pasado domingo, también en condición de asiladas.
Ambas son "sospechosas de pertenecer a grupos terroristas", agregó Araújo, quien reveló que el Gobierno de Nicaragua le había solicitado de manera previa al de Colombia "la autorización de sobrevuelo sobre espacio aéreo colombiano".
La petición, agregó el canciller, se hizo "bajo el supuesto de que su misión era el traslado de personal en gira oficial a la República de Ecuador, motivo por el cual se autorizó dicho permiso".
"Este acto inamistoso de amparo a personas sospechosas de apoyar a grupos terroristas, utilizando para ello una nave oficial de ese país, constituye una clara violación a lo estipulado en el Artículo Tres de la Convención sobre Aviación Civil Internacional", puntualizó Araújo.
El titular colombiano de Relaciones Exteriores recordó que este convenio, suscrito en 1944, establece que ningún avión estatal de un Estado parte podrá volar sobre otro o aterrizar en él sin haber obtenido autorización y, en caso de tenerla, lo hará con las condiciones en las que fue concedida.