Ya todo pasó... las carpas se están desmantelando, los malabaristas reposan y los payasos se quitan el maquillaje. El evento circense ha concluido y todos los actores, buenos y malos, vuelven a su vida cotidiana. Las bestias, previa y largamente domadas, se enroscan en sus respectivas jaulas, esperando su próxima aparición en público, según el plan que se tiene trazado para ellas.
Quiero felicitar muy sinceramente a todos los candidatos, de todos los niveles, vencedores y vencidos, quienes hicieron gala, no hay duda de ello, de un elevado espíritu cívico - concedidas las naturales, y esperadas excepciones - durante las elecciones del 2 de mayo recién pasadas. Y como en todo evento donde concurren varios competidores, sólo uno puede resultar ser el vencedor, en este caso el binomio, PRD-PP, a cuyos dirigentes, y bases, reitero mis felicitaciones, tanto del Arnulfismo, Solidaridad y Cambio Democrático, han asumido al reconocer la transparente victoria de su adversario. A las figuras políticas elegidas en esta contienda, lo único que les pido es que honren los planes y promesas que, como propuestas, se han comprometido con el pueblo.
Y si durante el largo proceso preelectoral la mayoría de ustedes eran dechados de religiosidad, asistiendo a misa, firmando pactos ético-morales de conducta, y concluyentemente admitiendo su disposición de trabajo, de cara a solucionar los más relevantes problemas socioeconómicos de la población, con énfasis en la transparencia y en contra de la corrupción, ahora tienen la gran oportunidad de hacer valer esos pronunciamientos. Una vez más, pues, felicitaciones, y...¡a trabajar! ¡Au Revoir!