CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, conduzco como un desalmado
Es fin de semana. Las discotecas
y bares de la ciudad están repletos de gente que se divierte y de
otros que abusan del alcohol. Estos últimos abandonan los centros
nocturnos ya casi al final de la madrugada, para tomar sus autos que convierten
en bólidos, con los cuales realizan carreras a lo largo de la avenida
Balboa y Calle 50.
Esto se repite cada fin de semana. Los ebrios suponen que participan
en un circuito de carreras automovilísticas. La Policía de
Tránsito no se da por enterada.
Los que más sufren son los residentes de los edificios de la
Avenida Balboa, Paitilla, Marbella y de la Calle 50, con el endemoniado
ruido que realizan los corredores, quienes terminan las simuladas competencias,
estacionando sus vehículos en el lugar que se les antoje y encendiendo
a todo volumen sus equipos de sonido.
Los irresponsables al timón también representan una
amenaza para los trabajadores que salen de sus trabajos en horas de la madrugada.
Las leyes son claras. Las autoridades deben ser estrictos contra los
conductores que manejen en estado de ebriedad.

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