10 de mayo, fecha triste para los Arnulfistas
Redacción
Crítica en Línea
Los arnulfistas conmemoran
hoy el 48 aniversario de uno de los golpes de Estado que sufrió su
líder, el doctor Arnulfo Arias.
También recuerdan el décimo aniversario del ataque sufrió
el 10 de mayo de 1989 en Santa Ana la nómina integrada por Guillermo
Endara, Guillermo Ford y Ricardo Arias Calderón.
Su viuda Mireya Moscoso emitió un comunicado en el que tilda de
"acción criminal y antidemocrática cometida por apátridas"
lo sucedido al Dr. Arias el 10 de mayo de 1951.
Arnulfo Arias fue "obligado a renunciar mediante un cruento golpe
de Estado. Este episodio amargo de su vida no fue el único, tampoco
el primero, porque su sola presencia en la política causaba malestar
entre quienes siempre se habían acostumbrado a gobernar para unos
pocos", resalta la presidenta electa.
Para la mandataria hoy el panorama es distinto. El pueblo salió
a las urnas a votar y la escogió como presidenta, distinción
que no defraudará.
El 10 de mayo de 1951el Palacio Presidencial se había convertido
en un campo de batalla. El intercambio de tiros se extendió por más
de cuatro horas. El presidente Arnulfo Arias Madrid, apoyado sus copartidarios
y por la Policía Secreta, se resistían a ser depuesto. Pero
la Policía Nacional, pudo más, y logró desalojar al
presidente a las 6:20 de la tarde.
Las hostilidades dejaron once muertos. Antes de abandonar el Palacio
de Las Garzas, Arnulfo metió las manos en la pileta y levantó
su mano derecha para con sus dedos hacer la letra "V" y decir:
"Volveremos", así lo hizo en 1968, pero igual lo derrocaron.
En 1994, cuando Guillermo Endara abandonó la Presidencia imitó
a su líder en lo de la pileta y la frase volveremos. Los Arnulfistas
han vuelto, ahora con Mireya Moscoso, quien deberá tomar posesión
el 1 de septiembre.
Aunque el día de la tragedia fue el 10 de mayo, la causa principal
del golpe se registró tres días antes. Más de 48 horas
de intensas revueltas culminaron con la toma de la Presidencia.
El 7 de mayo de 1951, Arias emitió un decreto que derogaba la
Constitución de 1946, lo que eventualmente provocaría la disolución
de la Asamblea Nacional.
Según los diarios y cronistas de la época, la Asamblea
Nacional, presidida por César Guillen, destituyó a Arias Madrid,
a las diez de la mañana de ese 10 de mayo.
La Corte Suprema de Justicia, "puso su barba en remojo" y
decidió que lo actuado por el Parlamento era constitucional e inobjetable.
Los diputados llamaron a Alcibiades Arosemena a ocupar la silla presidencial.


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