Las calles de Panamá continúan teñidas de sangre por culpa de conductores que pierden el sentido a causa del licor, y otros por sentir la adrenalina de la velocidad sin importarles nada ni nadie.
Los accidentes de tránsito no paran, y como muestra de ello, sólo el año pasado fallecieron 433 personas.
Vuelcos, atropellos y choques contra objeto fijo se posesionan como las circunstancias más frecuentes en que las personas directa e indirectamente mueren o quedan lisiadas.
Y es que el eslogan ¡Maneje con cuidado! suena como un estribillo, pero en la realidad hay carreteras en Panamá, Chiriquí, Coclé y Colón que marcan como sumamente peligrosas y es precisamente en estos puntos geográficos donde ha corrido sangre.
Las autoridades proponen aumentar las multas por violación al reglamento de Tránsito; según el comisionado Jorge Ríos, director de Operaciones del Tránsito de la Policía Nacional, esta sólo es una de las medidas para frenar a los conductores irresponsables, pues lo que realmente se necesita es educar a la población en el aspecto vial.
Corazones azules
Para llamar la atención de los conductores se desarrolla la campaña "Corazones Azules", con una estrategia emocional denominada "No más corazones perdidos en la vías", que consiste en pintar corazones azules en los lugares en donde ocurrió un accidente de tránsito con al menos una víctima fatal.