Seguimos recordando la vida y obra del artista Alberto Dutary.
5- MÁS QUE MEJOR VOLUNTAD.
Ahora que tenemos un Museo de Arte Contemporáneo debemos de entender que éste debe de servir no solamente para exponer a figuras consagradas (entre paréntesis), sino para exponer también a figuras en formación, es decir, a nuestras nuevas voces, que dejan testimonio de una manera diferente de sentir.
Si un museo, si un espacio de Arte, pierde su preocupación social por reunir las manifestaciones nuevas que se están dando, deja de tener sentido.
Si se remite a cosas muertas, a cosas que dejan de interesar a los demás, que son reiterativas, entonces no tiene razón de ser.
En el Museo de Arte Contemporáneo no se trata de si hay buena voluntad en la gente que allí trabaja o si no lo hay.
Se trata de que hay cosas que andan mal e independientemente quiero pensar que así es de esa misma gente.
Se trata de que las cosas que andan mal, porque si bien el museo, por ejemplo, no tiene espacio para ubicar su colección permanente, debería de ubicarse un espacio de manera inmediata para este menester.
Lo que no se debe hacer es lo que se hace: "guardar" la colección del conocimiento social de los panameños, quienes, posiblemente, nunca han visto esa colección ni nunca la verán. Esto no tiene sentido, con las excusas que existan al respecto.
Entonces es cuando evidencias que no se trata de que ciertas cosas andan bien o andan mal por las razones que sean.
Eso no es importante y sí lo es el hecho de que las cosas no deben de ser así.
6-¡Esto se llama Panamá!
Es una sentencia que sonaría lapidaria, pero que es cierta: el panameño pareciera no interesarse en la vida espiritual.
Todo tipo de Arte se hace con la idea de hacerle un guiño a la muerte y permanecer por encima de ella dentro de la vida. Y la única manera de alcanzar esa permanencia más allá es enriqueciendo la vida y desde más acá.
Esto se da por igual en el creador como en las personas que admiran lo que hace ese creador. Si no puedes "crear", como ser humano tienes la sensibilidad para "apreciar" ese Arte de otra persona y que te hace ahondar en tu propia vida.
Ahora, si esta preocupación no te interesa. Si no te interesa ni preocupa ahondar en la propia vida, ¿entonces qué apreciación puedes tener en torno a lo que hace un artista y en torno a lo que representa socialmente? Ninguna. Entonces eres alguien para quien el Arte no encenderá nunca ningún rincón. Estarás en la oscuridad sin saber que estás a oscuras. Un formidable poeta que verdaderamente logra expresar emociones escondidas en las colectividades, de las que él mismo forma parte, ¿cómo va a expresarse a una sociedad a la que no le interesa eso?
Es como si hablara en un idioma completamente distinto al idioma de los de más. Nadie lo entiende. El caso de la Pintura. Aquí en Panamá todavía se mide la posibilidad de "ser" de un pintor respecto a cuál es el precio que puede alcanzar o no en una subasta y no respecto a lo que él está haciendo con la pintura en ese momento.
NOTA: "Esta entrevista apareció inicialmente en DIORAMA el domingo 4 de marzo de 1994. Y fue publicada 4 años después en 1998. En el diario la Prensa del jueves 12 de junio de 2008, en página 2B, +Cultura, fragmentamos parte del artículo titulado ARTE EN FORMA DE CRÍTICAS. Exposición Póstuma. ALBERTO 'PIMPITO' DUTARY.
Por: Mireya Monroy. Tres temáticas o series distintas del maestro Alberto "Pimpito" Dutary serán mostradas en una exposición póstuma sobre los dibujos en los años iniciales de su carrera.
Según la crítica de arte Ángela de Picardi, la obra de Dutary tiene muchos valores y muchas vertientes; es una obra que marcó época y una fase de desarrollo del arte panameño.
Entre las décadas del 1950 y 1960, el arte era excesivamente académico, y cuando Dutary regresó de España con otros artistas, realizaron un arte más moderno, en contacto con lo que se estaba haciendo internacionalmente, comenta.
"Es una obra de avanzada, de pionerismo, de panorama histórico panameño, junto a otros artistas".
Alberto Dutary: Con más de un centenar de exposiciones a nivel nacional e internacional, reconocimientos y premios, fue un artista abnegado, preocupado por el crecimiento y fortalecimiento de la cultura panameña, no sólo se dedicó a pintar magistralmente sino que, al ejercer la docencia, buscó también el lugar propicio para que las futuras generaciones de artistas tuvieran un lugar dónde exhibir sus trabajos artísticos, sin distingos de raza o clases sociales.
Ojalá que esa obra cumbre (PANARTE), hoy Museo de Arte Contemporáneo, que él nos dejó y que vale tanto como sus creaciones artísticas pueda en este amanecer del siglo XXI cumplir el deseo de su creador.