Todos deberíamos hacernos una gran pregunta viviendo en el caos en que vivimos: ¿Qué pasa en un mundo necesitado de armonía, sobriedad y felicidad? Un maestro hace tiempo decía: La armonía y la felicidad andan perdidas y lo más increíble es que no hay nadie buscándolas. P
ara ser feliz hay que trabajar en ello diariamente así el maestro se dirigió a un grupo de estudiantes oyentes y preguntó: ¿Recuerdas qué hiciste ayer para ser feliz? Se escuchó un gran silencio porque ninguno recordó lo que había hecho ayer o antier para ser feliz.
Sencillamente se nos borró la necesidad de ser conscientes de lo que hicimos y de lo que tenemos que hacer para ser felices. Que tan curioso es este mundo en que vivimos que todos queremos ser felices y pocos, pero muy pocos la buscamos. O será que estamos muy ocupados tratando de hacer feliz o complacer las necesidades de otros seres y nos inquietamos por hacer feliz a los demás, pues ni siquiera la propia felicidad importa.
Hoy, estimado lector te invito a que hagas un alto en el camino para que durante un escaso tiempo hagamos un balance de prueba en la empresa más grande e importante de todas: mi vida.
Si acaso lo hicimos alguna vez, cuánto hace que no te detienes a examinar y valorar tu vida como se encuentra hoy, sólo por hoy.
Lo que hay que hacer es sencillo, sólo tienes que hacer un inventario moral de tus hechos y acciones con tus buenos y malos haberes, así podrás definir si tienes materia prima suficiente para lograr construir este gran objetivo deseado, "tu cambio inmediato".
Como puedes ver, la armonía y felicidad son todas tuyas sólo hay que desearlas y las encontrarás. En conclusión: Tengo todo el derecho a ser feliz, necesito ser más feliz de lo que he sido y hacer más felices a otros, para lograrlo todos los días haré una buena acción buscando la paz y la armonía dondequiera que estén para mí y para los demás.