La muerte del internacional Otilino Tenorio, conocido como el "Enmascarado", ha impactado a dirigentes, deportistas, amigos, familiares y aficionados que han coincidido en referirse al futbolista ecuatoriano como "el hombre alegría".
Tenorio falleció ayer en un accidente de tráfico en la carretera entre las ciudades de Santo Domingo de los Colorados y Quevedo, confirmaron fuentes de su club, El Nacional.
La policía aún no ha revelado las causas del accidente, pero la prensa local informa de que el automóvil que conducía Tenorio se estrelló contra un camión que transportaba bombonas de gas.
El técnico de la selección de Ecuador, el colombiano Luis Fernando Suárez, se declaró "muy triste" por la muerte de Tenorio, de quien destacó su "don de gentes".
"Hoy, más que cualquier otro día -dijo-, pienso en el hombre, no en el jugador de fútbol. Pienso en la sonrisa de Otilino, en su alegría, pienso en que siempre quería estar bien con todo el grupo (selección), alegrarlos. Pienso en el don de gentes de Otilino".
El presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Luis Chiriboga, se declaró sumido en "un sentimiento de tristeza muy profundo" y aseguró que Tenorio se ganó el cariño de todos quienes le conocían por "su alegría y don de gentes".
Con él coincidieron gran cantidad de futbolistas y dirigentes deportivos que tuvieron varias palabras de elogio para Tenorio, entre las que se repetía con insistencia: era un hombre alegre, era la sonrisa del fútbol.
Nacido en la ciudad costera de Guayaquil el 1 de febrero de 1980, Tenorio fue "siempre un jugador alegre, transmitió alegría a todos sus compañeros, era bromista", dijo un comentarista deportivo.
Recordó que, por lo general, Tenorio concluía las entrevistas con una broma y no cambiaba de expresión ni cuando los resultados en los partidos eran adversos a su equipo.
"El fútbol es alegría y siempre hay que estar alegres, aunque el resultado no sea favorable", solía decir Tenorio que, para celebrar sus goles, comenzó a usar una máscara hace tres años.