El rumor que circulaba desde hace varios días se confirmó ayer. El gobernador de Colón, Pedro Ríos, separó por 30 días al alcalde Dámaso Reynaldo García Villarreal.
Ríos se presentó ante el Consejo Municipal del distrito de Colón y ordenó a su asesor legal Rolando Lee que diera lectura a la resolución 21 que separa al burgomaestre
El Gobernador llegó acompañado por policías encabezados por el subcomisionado Mauricio Nelson para que custodien las instalaciones de la Alcaldía de Colón hasta tanto se expida una orden diferente por parte de las autoridades judiciales o nacionales.
La separación del Alcalde fue solicitada por el Consejo Municipal, que reclamó el inicio de una investigación por supuestos acto de corrupción.
La resolución dispone que se suspende a García "a efecto de que se practiquen todas las pruebas y se otorguen las garantías constitucionales establecidas en la Ley de procedimiento administrativo"; además se le informa de la decisión al Zar Anticorrupción, a fin de que de modo inmediato se hagan las investigaciones pertinentes para determinar posibles casos de corrupción y en consecuencia el proceso legal.
El presidente del Partido Panameñista en Colón, Gasan Salama, sostuvo que a García se le llamó la atención en innumerables ocasiones, cuestionándosele por la creación de las empresas mixtas, y dijo que este caso debe servir de ejemplo para que los funcionarios no se escuden en el voto popular de las elecciones, para poner en riego las arcas del Estado.
El alcalde Dámaso García no se quedó con las manos cruzadas y denunció en la Procuraduría General de la Nación al gobernador Ríos, alegando que la resolución violó la Constitución Nacional y no tiene sustentó.
Minutos antes de que llegara el gobernador Ríos, funcionarios allegados al alcalde García organizaron un círculo de oración donde fueron invitados también los representantes de corregimiento.
La pastora evangélica Alicia Silgado solicitó al Alcalde que se destruyera dos muñecos de cerámica que estaban en la escalinata del Municipio, ya que según ella son objetos de ocultismo peruanos. "Aquí se siente un ambiente pesado y extraño y no se deben permitir esas prácticas extrañas que no dejan a Colón avanzar".