Amargo resulta el alcohol para las familias panameñas que enfrentan el vicio del alcoholismo.
Este mal hoy visto como una enfermedad, es causa (estadísticamente) de muchas de las muertes que se producen en las carreteras del país. Los que toman alcohol, lo que no toman es consejo. Una concentración de 0.08% de alcohol en la sangre se considera insegura para realizar cualquier tarea.
El alcoholismo trae riesgos en el trabajo como lagunas mentales, descuido de las labores, problemas económicos y legales. Se convierte en una enfermedad progresiva que ocasiona locura y muerte, porque el impulso por el alcohol aumenta.
Para desgracia de la sociedad la gravedad del problema con el alcoholismo es que tomar estas bebidas está aceptado como costumbre. Los enfermos toman esta regla social como la mejor excusa para disculpar su afectación.Una madre comentaba a un señor en el Hospital Regional que cuando su hijo vivía en su casa, ella lo levantaba para que se fuera al trabajo. Lo metía al agua fría para quitarle la borrachera. "Así como tomas igual tienes que cumplir" le decía.
Pero lamentablemente ahora que se casó, su mujer no lo obliga a ser responsable para que asista a su trabajo. "no se da cuenta que ella y sus hijos son los perjudicados".
Parece que pocos son los que tienen suficiente voluntad para superar el alcoholismo."Después que casi me matan en una cantina para robarme, dije ¡Jamás me tomo un trago mas!" Señaló el señor con el cual hablaba la madre del hijo borrachín.
Muchos hombres consideran que tomar licor los hace más hombres, que va a laborar con más energía y que la bebida les aplaca la agonía "de vivir". Este es el pensamiento equivocado que tiene un alcohólico. "Todos los domingos luego del juego llegaba borracho. Mi mujer me iba a dejar".
La situación de este señor, quien dejó de tomar hace ocho años por voluntad propia, era que los compañeros de su equipo dominical terminaban la actividad deportiva con tremendas "chupatas". Se le había vuelto costumbre consumir alcohol los fines de semana.Lamentándose indicó que en estos tiempos la gente se está refugiando más en el alcohol para aliviar sus conflictos. Que los jóvenes son los que menos resisten y más rápido se vuelven locos con la bebida y las drogas.